Tenemos tiempo – Texte de Diego Sánchez-Cascado

Illustration originale de Noémie Carré–Poussin – Tous droits réservés

No podía dormir. Todo daba vueltas en su interior, centrifugando sus miedos, sus errores, sus responsabilidades. ¿Cuánto tiempo llevaba así? Quién sabe. Quizás algún ser ulterior tuviera la respuesta, quizás si alguno quedara, quizás si alguno hubiera, alguna vez, existido. Aguardaba sentado, con las manos en el suelo a que llegará la noche. La oscuridad del día, densa, prominente, no hacía más que alimentar sus demonios internos que le devoraban lentamente, pizquita a pizquita, cachito a cachito como el niño que roe la miga del pan con la esperanza de que su madre no lo aprecie. Pensó en aliarse con esos diablos que seguro tenían una parte amistosa y así poder lidiar con el día. Pensó tantas cosas y a cada cual más descabellada, pero lo hubiera dado todo por un rato de silencio, por un momento de descanso, por hibernar la mente. Cuando el sol parecía ocultarse tras los enormes edificios, algunas luces se encendían dibujando figuras penosas en esas fachadas más altas y anchas que cualquier otro elemento del paraje. A Javi le gustaba interpretar esas figuras, dibujaba personas en actividades tan utópicas como el pasear, el jugar o el perder el tiempo. Le gustaba crearlas porque parecía que así se evadía levemente de la realidad, porque parecía que podía alcanzar su objetivo. En el interior de esas luces se podía observar a autómatas vistiéndose, preparándose para aguantar con aparente estoicidad, el día. El trabajo. El trabajo era lo único que no había cambiado. A veces intentaba recordar el pasado, y en momentos de extrema lucidez, aparecían borrosas ciertas imágenes de su familia, de sus amigos. Sonaba distorsionado el agua avanzando impetuosamente por todos los obstáculos que la naturaleza le ponía, como si fuera un juego entre los dos, como si esas rocas, esos palos, esos cambios de relieve fueran pruebas de una gymkhana. Cuando se esforzaba mucho, tanto que al finalizar casi se desvanecía, podía verse tumbado sobre el césped, respirando la paz, escuchando la nada, sintiendo los rayos acariciando su piel.

La luna apareció en el cielo gritando, haciendo el máximo ruido por si quedara algún rezagado aún en la cama. La luna no podía permitirse dejar a nadie durmiendo, si no, no estaría cumpliendo su trabajo y ya se lo habían advertido en el momento de la firma del contrato, “esto tendría repercusiones muy graves, y no queremos nadie que pase nada malo, ¿verdad?”. No, Javi tampoco quería que pasara nada malo. A su lado despertó Sandra, cansada, apática, sintiendo lo mismo que Javi (al menos algo similar), pero resignándose, aceptando con pena, pero aceptando la vida que le había tocado. Y en muchas ocasiones se enfadaba con Javi, decía que con esas ideas no iba a llegar a ningún lado. “No pido tanto, de verdad, solo quiero que todo sea como antes, como antes de –se le entrecortaron las palabras y la voz parecía enmudecer- de todo aquello”. Por su mente corrieron imágenes claras, nítidas, límpidas y una frase retumbó en su cerebro, aunque él juraría que también temblaron el suelo y las paredes (a pesar de los dobles refuerzos tanto en los cimientos como en los pilares maestros, diseñados por el galardonado profesor Martínez, ingeniero contra los efectos y defectos terrenales. Investigador incansable involucrado en proyectos de calado internacional como la devolución de la lava al interior de la corteza terrestre por medio de un túnel hasta el centro de la tierra inspirado en los textos de Verne o la purificadora de CO2, que elimina los gases de dióxido de carbono mientras reconstruyen y fortalecen la capa de Ozono). “Tenemos tiempo, pero tenemos que actuar, es una situación de emergencia, pero aún podemos revertirla”.

El concentrado de café de tan caliente expulsaba un humo denso que inundaba los 15 metros cuadrados en los que vivían, y al chocar contra el frío exterior cubría las paredes con diminutas gotas de vapor de agua que caían irremediablemente hasta el suelo ante la mirada abúlica de ambos. Salieron de casa y se separaron en el lugar de siempre, como si siempre fuese el mismo día eternamente. Pero hoy Javi tenía una actitud distinta como si esas palabras no solo hubieran retumbado en su cerebro, si no, también en su corazón. Mientras caminaba escuchaba “Aún tenemos tiempo”, pero esas palabras no las gritaban los altavoces de la calle que recriminaban a aquellas personas que caminaban más lento, que pisaban fuera de la baldosa que les correspondía, que dejaba pasar un autobús como si ese retraso pudiera aplicarse a la vida misma. No, esas palabras venían de lo más profundo de su mente. No recordaba tener un recuerdo tan vívido, tan tangible. Cada vez que escuchaba esas palabras apretaba aún más los puños, clavándose las uñas en la piel, sangrando rabia.

Dieciséis horas después (tantas horas de trabajo era debido, según justificaban, a que no era saludable respirar el aire de la calle, por ello, por la salud de los ciudadanos, se imponía esta medida) Javi se encontró con Sandra en el mismo lugar de siempre. El mismo saludo casi afectuoso de siempre, las mismas palabras casi emotivas de siempre. En el ascensor, de camino al piso 47 en el que vivían, Javi volvió a escuchar esas palabras. Lo tenía claro, ahora sí, sabía que tenía que actuar. Recordó unas palabras de su madre hace muchísimo tiempo; le dijo que existía un lugar donde todo es distinto, un lugar que algunos exploradores habían situado entre lo fáctico y los sueños. Le costó recordar el nombre, era una palabra totalmente en desuso. Terminó encontrando el vocablo. “Libertad, sí, eso es, Libertad” –se dijo-.

“Aún tenemos tiempo” volvió a escuchar y parecía que esta vez era Sandra quien pronunciaba estas palabras. “Qué va, amor, ya no hay tiempo” –y, esta vez sí, sonó totalmente emotivo-. “Voy a buscar la Libertad” –le dio tiempo a decir mientras caía desde el piso 47, de la parte superior del primer tercio del edificio-. Una lágrima se precipitó también al vacío desde los ojos apagados de Sandra, como esas gotas que resbalaban irremediablemente por la pared grisácea, cayendo poco después sobre el cuerpo de Javier que parecía había encontrado ya la felicidad.

Création inédite de Diego Sánchez-Cascado

On a le temps – Traduction vers le français de Javier Herrero González

Il n’arrivait pas à dormir. Tout tournait autour de lui, centrifugeant ses peurs, ses erreurs, ses responsabilités. Depuis combien de temps cela durait ? Qui sait. Peut-être qu’un individu externe avait la réponse, si jamais il en restait, peut-être, s’ils avaient existé un jour. Il attendait assis, les mains sur le sol, que la nuit arrive. L’obscurité de la journée, dense, proéminente, ne faisait que nourrir les démons intérieurs qui le dévoraient lentement, petit à petit, bout par bout, comme le gamin qui ronge la mie du pain en espérant que sa mère ne s’en rende pas compte. Il pensa à s’allier à ces démons – qui avaient sûrement un côté gentil – afin de pouvoir ainsi faire face au quotidien. Il pensa tellement de choses, les unes plus folles que les autres, mais il aurait tout donné pour un moment de silence, pour un moment de repos, pour mettre son esprit en mode veille. Lorsque le soleil semblait se cacher derrière les énormes bâtiments, quelques lumières s’allumaient et dessinaient de tristes silhouettes sur ces façades plus hautes et larges que n’importe quel autre élément de cet endroit. Javi aimait interpréter ces silhouettes, il dessinait des personnes faisant des activités utopiques telles que se promener, jouer ou perdre son temps. Il aimait les créer, car cela lui donnait l’impression de s’évader légèrement de la réalité, parce qu’il avait l’impression qu’il pouvait atteindre son but. À l’intérieur de ces lumières, on pouvait apercevoir des automates qui s’habillaient, qui se préparaient – en apparence – à affronter la journée de manière stoïque. Le travail. Seul le travail n’avait pas changé. Parfois, il essayait de se souvenir du passé et, dans des moments de lucidité extrême, surgissaient certaines images floues de sa famille et de ses amis. On entendait le son déformé de l’eau qui avançait impétueusement, passant au-dessus des obstacles que la nature lui tendait, comme s’il s’agissait d’un jeu entre les deux, comme si ces pierres, ces branches, ces changements de relief, étaient les épreuves d’une chasse au trésor. Quand il faisait un grand effort, si grand qu’il finissait presque par s’évanouir, il pouvait se voir allongé sur l’herbe, respirant la paix, écoutant le néant, sentant les rayons du soleil effleurer sa peau.

La lune apparut dans le ciel en criant, faisant un maximum de bruit au cas où quelqu’un serait encore resté au lit. La lune ne pouvait pas se permettre de laisser dormir qui que ce soit, car elle serait alors défaillante dans son travail et on l’avait déjà prévenue à la signature de son contrat : « cela aurait de très graves conséquences et nous ne voulons pas cela, n’est-ce pas ? » Non, Javi ne voulait pas non plus que quelque chose de grave arrive. Sandra se réveilla à côté de lui, fatiguée, apathique, elle ressentait la même chose que Javi (ou du moins quelque chose de similaire), mais elle se résignait, elle acceptait cette vie, tristement, mais elle l’acceptait. Elle s’énervait contre Javi à de nombreuses occasions, elle lui disait que ses idées ne le mèneraient nulle part. « Je ne demande pas grand-chose, vraiment, je veux seulement que tout soit comme avant, comme avant… – les mots lui échappaient – avant tout ça. »
Dans sa tête défilèrent des images claires, nettes, et une phrase vibra dans son cerveau, même s’il pouvait jurer que le sol et les murs vibraient aussi (malgré les doubles renforcements des fondations et du pilier central, conçus par le célèbre professeur Martínez, un ingénieur primé contre les effets et les défauts des terrains, un chercheur acharné impliqué dans des projets internationaux, tels que le retour de la lave à l’intérieur de la croûte terrestre au travers d’un tunnel jusqu’au centre de la terre, inspiré par les textes de Jules Verne ; ou le purificateur de CO2 qui élimine le dioxyde de carbone en attendant qu’ils reconstruisent et renforcent la couche d’ozone) : « On a le temps, mais on doit agir, c’est une situation d’urgence, mais on peut encore inverser la tendance ».

Le concentré de café chaud expulsait une fumée épaisse qui envahissait les 15 mètres carrés dans lesquels ils habitaient et, au contact du froid extérieur, cela recouvrait les murs de minuscules gouttes de vapeur qui tombaient inévitablement sur le sol, sous le regard apathique du couple. Ils sortirent de leur logement et se séparèrent là où ils l’avaient toujours fait, comme si toujours était éternellement le même jour. Mais, aujourd’hui, Javi avait une attitude différente, comme si ces mots ne retentissaient pas seulement dans son cerveau, mais aussi dans son cœur. En marchant, il entendait « on a encore le temps », mais ces mots ne venaient pas des hauts-parleurs dans la rue qui reprochaient à certaines personnes de marcher lentement, de marcher en dehors du carreau qui leur correspondait, de laisser passer un bus, comme si ce retard pouvait s’appliquer à la vie même. Non, ces mots venaient du plus profond de son cerveau. Il ne se rappelait pas avoir un souvenir si vif, si tangible. Chaque fois qu’il entendait ces mots il serrait encore plus les poings, se plantant les ongles dans la peau jusqu’à la faire saigner.

Seize heures plus tard (il travaillait aussi longtemps parce que, soit disant, ce n’était pas bon pour la santé de respirer l’air de la rue), Javi rencontra Sandra à l’endroit habituel. Ils se dire bonjour de façon affectueuse, comme d’habitude, les mêmes mots presque touchants, comme d’habitude. Dans l’ascenseur, en montant jusqu’au 47ème étage, là où ils habitaient, Javi entendit à nouveau ces mots. C’était clair, là il savait que le temps était venu d’agir. Il se souvint des mots prononcés par sa mère il y a très longtemps ; elle lui avait dit qu’il y avait un endroit où tout était différent, un endroit que certains explorateurs avaient situé entre le factuel et les rêves. Il avait du mal à se souvenir du nom, c’était un mot que plus personne n’utilisait. Il finit par le trouver : « Liberté, c’est ça, liberté » – se dit-il.

« On a encore le temps » entendit-il à nouveau et, cette fois-ci, on aurait dit que c’était Sandra qui prononçait ces mots. « Pas du tout, mon amour, on n’a plus le temps » – et, cette fois, c’était vraiment touchant. « Je pars à la recherche de la liberté » – eut-il le temps de dire pendant qu’il tombait du 47ème étage, de la partie supérieure du premier tiers de l’immeuble. Une larme tomba aussi dans le vide depuis les yeux éteints de Sandra – comme ces gouttes qui glissaient irrémédiablement sur le mur grisâtre – tombant peu après sur le corps de Javier, qui semblait déjà avoir trouvé le bonheur.

Words on a shampoo bottle – Poème de Daniel Gutkind

Création originale de Lou Gachet, tous droits réservés
The time will come when this is done
And current woes behind us.
These pains and sores shall hurt no more
Though memories remind us

The sun will rise as will our eyes
And as the day revives us
We'll talk and eat and brush our teeth
And know that we survived this.

Mots sur une bouteille de shampooing – Traduction vers le français de Léna Thiébaut

L’heure sera à une aube saine,
Bien loin des malheurs et des peines.
Dissipées, douleurs et souffrances !
Les souvenirs sont résurgences.
 
Que se dressent le Soleil, nos yeux ;
Le jour nous insuffle son feu.
Parlons, mangeons, brossons nos dents ;
De cette ère, soyons survivants.

Des mots sur une bouteille de shampoing – Traduction vers le français de Cathy Roudier

Sous peu le jour se lèvera
Et la tristesse qui teinte notre quotidien se dissipera.
Les douleurs du corps et de l'âme tomberont dans l'oubli
Mais leur fantôme s'attardera.

Un rayon de soleil percera et nos paupières soulèvera,
Avec délicatesse il nous réveillera.
Alors, on parlera, on mangera, on se lavera les dents,
Et on réalisera qu'on a survécu à tout ça.

El pasado que vuelve a pasar – Texte de Ricardo Zárate Padilla

Illustration originale de Noémie Carré–Poussin – Tous droits réservés

No había reparado en que los árboles frente a mi ventana ya no visten de invierno. Señal de que poco me fijo en el exterior al levantarme, que no aprecio la vista despejada que tengo desde el salón. Lo que es habitual se vuelve invisible, está pero no está. Esa catedral está muy lejos para que yo la pueda ver, y el atuendo de reciente primavera de los árboles me la ha ocultado, borrado del paisaje. Misma ciudad en distintos domicilios. No sé cuánto tiempo me queda aquí, en este piso y en estas paredes ya acostumbradas a mi presencia. El apartamento que se salvó de la venta al serme rentado. Apartamento de ensueño, antiguo, ya desgastado por las décadas y sus muertos pasados. Éste se ha vuelto el verdadero hogar, recinto temporal para mis días, porque no tengo la vida ni el futuro comprados, como tampoco los papeles que me permitan vivir donde queramos, incluso en la calle, como persona sin domicilio fijo, eterno errante. Es lo que soy, nada es mío, así que soy un vagabundo con domicilio fijo, pero temporal. ¿Hasta cuándo?

Día que se ha ido igual de pronto. Día que ya no importa si es domingo. Que retroceda el tiempo a quien le importe en qué día vivimos. Confinamiento para los seductores del eufemismo, todo con tal de no llamarle prisión preventiva. Yo soy el prisionero, desde hace mucho tiempo. Me forjé una prisión en mi propio apartamento, de la que yo soy el carcelero y de la que solo me permito salir cuando la comida se acaba, cuando hay que ir al trabajo y a las innecesarias y agobiantes clases en la universidad. Todo por un diploma que diga al mundo que merezco un mejor salario porque terminé los estudios. Un alumno ya graduado, con el título que no le ha enseñado nada, importante sólo por lo que muestra. Graduado de una universidad cualquiera en Francia, carrera fácil, carrera que no da trabajo en ninguna parte. Aquí, donde todo se trata de trabajar, es eso lo más importante. Como si uno no pudiera decir estudio para no trabajar, mis estudios no dan trabajo, no soy una pieza útil en el gran ajedrez del mundo. Yo solo quiero escribir y leer, y cuando lo digo piensan —sin falta de prejuicios— en alguna profesión de escritorio, con un jefe de nueve a seis. Quiero ser el artista que vive fuera del mercado laboral. Quiero contar historias y que estas tengan millones de lectores. Ambición desmedida, lo sé, pero son solo sueños pintados, coloreados en los cuadernos de mi infancia. Y con lo malo que soy dibujando. 

—Saquen todos su cuaderno de dibujo y sus colores, tienen una hora para dibujar sus sueños —dijo la profesora inmemorial de todas las infancias. 

Y yo me quedé viendo la página en blanco, pensando que no tenía sueños.

—Dibuja lo que quieres ser de grande —insistió. 

Y otra vez mi mirada perdida en el infinito blanco de la página de mi cuaderno con todas las hojas vacías. «No quiero ser nada», pensé «¿Cómo dibujar la nada?». Tomé el color blanco y dibujé todos esos sueños que no recordaba. Empecé con los contornos y después coloreé el centro. Hice un autorretrato de ti mismo, invisible. 

Yo solo quería ser grande para saber qué iba a pasar cuando lo fuese. Dejar que el azar condujera mi camino, que nada me han dado a elegir. No elegí nacer, y aquí estoy. No elegí esta familia, tampoco esta ciudad. ¿Por qué a tan corta edad tenía que saber lo que quiero ser cuando crezca? Sabía más bien lo que no quería ser. No quería estar muy triste, sólo a veces, cuando los malos tiempos lo requirieran. No quería tampoco ser feliz, porque la felicidad ciega, y a mí siempre me ha gustado ver en la oscuridad. 

¿De qué iba a servir que me dibujara con treinta años más, la barba espesa, unos kilos de más, ni muy alto ni muy bajo, vistiendo la bata blanca inmaculada de doctor? «Quiero ser médico», solo por decir algo, para caer en el juego de todos los demás. Un quiero ser presidente aquí, un policía por allá, un bailarín, un cantante, un bombero y un militar. La sociedad naciente entre niños menores de diez años. Pero ¿cómo pensar en un futuro a esa edad? No nos habíamos dado cuenta de nada, vivíamos engañados. Qué niño tan pesimista fui. Qué bajo hombre sin atributos me he convertido. Ni soy doctor, ni tengo barba, pero sí soy de una estatura promedio. El más alto de mi familia, pero el más bajo entre las demás. 

De haber sabido que muchos años más tarde iba a querer ser escritor. Qué tarde me vino la idea, después de no escasos libros leídos. Me pregunto si de verdad ese es mi sueño o si es que la literatura ha tomado la decisión por mí: un letraherido. Acaso lo es por mor de la inconformidad con todas las demás profesiones. Romantizar el oficio del escritor: sin oficina, sin jefes y con muchos lectores y críticos empedernidos en vanagloriar o menospreciar cualquier forma de expresión cultural del ser humano. Yo no sirvo para ser crítico, a veces lo muy malo me parece bueno y lo muy bueno me parece malo. Carezco de ese ojo avizor, de esa inteligencia sobrehumana capaz de emitir un juicio imparcial sobre la creación de un escritor. Yo estoy más bien del otro lado, de la trinchera de los escritores sin oficio, del lado del escritorio, la máquina de escribir o el ordenador, y la página en blanco. Del lado de quien ve una historia entre las sombras de un recuerdo, entre las piezas de un corazón desarmado, indefenso, roto. El escritor que con la mente vacía se sienta y comienza a pulsar teclas a ver qué música sale de ellas. Atento escucha de la palabra suena bien y la que no. Y así, dejarse llevar por la melodía lenta de lo que comienza a tomar forma, ir cada vez más rápido hasta llegar al allegro. Alegría es lo que llega cuando por fin todo empieza a tomar forma, cuando de la nada nace algo inesperado. Hacer que las letras den vida a unos personajes con los anhelos, los problemas y las obsesiones del que escribe. Y de esta manera poder vivir las vidas que no pudimos vivir y llegar a ser quien no pudimos ser. La creación y la soledad como compañía. El silencio de los días que nos colmó de canciones de cuna del recuerdo. Los ayeres que marcaron nuestra infancia, el pasado que vuelve a pasar.

Création inédite de Ricardo Zárate Padilla

Le passé qui recommence – Traduction vers le français de Yara Pilartz et Clémence Post

Je n’avais pas remarqué que les arbres devant ma fenêtre n’avaient plus leur allure d’hiver. Preuve que je prête peu attention à l’extérieur lorsque je me lève, que je ne profite pas de la vue dégagée que j’ai depuis le salon. Les choses auxquelles on est habitués finissent par devenir invisibles, elles sont là sans être là…

Cette cathédrale est trop loin pour que je puisse la voir, et la nouvelle parure printanière des arbres me l’avait cachée, comme effacée du paysage. Une même ville depuis des domiciles différents. Je ne sais pas combien de temps il me reste ici, dans cet appartement et entre ces murs déjà habitués à ma présence. Cet appartement qui s’est sauvé de la vente en m’étant loué. Un appartement de rêve, ancien, usé par les décennies et par ses morts, devenu un véritable foyer, l’enclos temporaire de mes journées, car ni ma vie ni mon futur ne sont garantis, pas plus que les papiers qui me permettent de vivre où je veux, pas même dans la rue, comme une personne sans domicile fixe, un éternel errant. C’est ce que je suis ; rien ne m’appartient, je suis donc un vagabond avec domicile fixe, mais temporaire. Jusqu’à quand ?

Un jour qui se termine sans que je m’en aperçoive. Un jour qui pourrait tout aussi bien être un dimanche. Que le temps recule pour ceux qui se préoccupent de savoir quel jour on est ! Confinement pour les amants d’euphémisme, tout ça pour ne pas dire prison préventive. Moi, je suis prisonnier, depuis longtemps. Je me suis fabriqué une prison dans mon propre appartement, une prison dont je suis le geôlier et dont je ne me permets de sortir que quand le repas est terminé, quand il faut aller travailler ou assister aux étouffants et inutiles cours de l’université. Le tout pour un diplôme qui raconte au monde que je mérite un meilleur salaire parce que j’ai terminé des études. Un étudiant enfin diplômé, dont la formation ne lui a rien appris, qui n’a d’importance que pour ce qu’elle atteste. Diplômé d’une université quelconque en France, d’un cursus facile, un cursus qui ne débouche sur aucun travail. Ici, où il est tout le temps question de travail, c’est le plus important. Comme si on ne pouvait pas dire « j’étudie pour ne pas travailler, mes études ne donnent pas de travail, je ne suis pas une pièce utile dans le grand échiquier du monde ». Moi je veux juste écrire et lire, et quand je le dis, on imagine – non sans préjugé – un métier de bureau, avec un patron de 9h à 18h. Mais je veux être l’artiste qui vit en dehors du marché du travail. Je veux raconter des histoires et qu’elles aient des millions de lecteurs. Ambition démesurée, je sais, mais ce ne sont rien d’autre que des rêves peints, coloriés dans les cahiers de mon enfance. Et avec le peu de talent que j’ai…

— Sortez tous vos cahiers de dessin et vos crayons de couleur, vous avez une heure pour dessiner vos rêves — a dit la maîtresse immémoriale de toutes les enfances.

Et moi je suis resté à regarder la page blanche, en pensant que je n’avais pas de rêves.

— Dessine ce que tu voudrais être plus tard — a-t-elle insisté. 

Et une fois de plus mon regard perdu dans le blanc infini de mon cahier et toutes ses pages vides. « Je n’ai rien envie d’être », j’ai pensé « comment dessiner le rien ? ». J’ai pris mon crayon blanc et j’ai dessiné tous ces rêves dont je ne me rappelais pas. J’ai commencé par les contours et ensuite j’ai colorié l’intérieur. J’ai fait un autoportrait invisible.

Je voulais devenir grand seulement pour savoir ce qu’il allait se passer une fois que je le serai. Laisser le hasard dessiner mon chemin, puisqu’on ne m’a rien laissé choisir. Je n’ai pas choisi de naître, et me voilà. Je n’ai pas choisi cette famille, ni cette ville. Pourquoi fallait-il savoir à un si jeune âge qui je voulais être quand je serais plus grand ? Je savais plutôt ce que je ne voulais pas être. Je ne voulais pas être trop triste, seulement de temps en temps, quand les mauvais jours le demanderaient. Je ne voulais pas non plus être heureux, car le bonheur aveugle, et moi j’ai toujours aimé voir dans l’obscurité.

À quoi allait-il servir que je me dessine trente ans plus vieux, une barbe épaisse, quelques kilos en plus, ni trop grand ni trop petit, portant une blouse blanche immaculée de docteur ? « Je veux être médecin », seulement pour répondre quelque chose, pour jouer le jeu de tous les autres. L’un veut être président, l’autre policier, celle-ci ballerine, celui-là chanteur, ici un pompier et là-bas un militaire. La société naissante parmi des enfants de moins de dix ans. Mais comment penser au futur à cet âge ? Nous ne nous étions rendu compte de rien, nous vivions naïfs. Quel enfant pessimiste ai-je été. Quel petit homme sans attributs suis-je devenu. Je ne suis pas docteur, je n’ai pas non plus de barbe mais je suis bien de taille moyenne. Le plus grand de ma famille, mais le plus petit parmi les autres. 

Si j’avais su que bien des années plus tard j’allais vouloir être écrivain. L’idée m’est venue si tard, après de nombreuses lectures. Je me demande si c’est vraiment mon rêve ou si c’est la littérature qui a fait ce choix pour moi : un mordu de lettres. Peut-être que ça l’est, par amour pour sa non-conformité avec toutes les autres professions. Romantiser le métier d’écrivain : sans bureau, sans patron et avec de nombreux lecteurs et critiques endurcis par la glorification ou la dépréciation de toute forme d’expression culturelle de l’être humain. Je ne suis pas doué pour la critique, parfois le très mauvais me semble bon et le très bon me semble mauvais. Il me manque cet œil attentif, cette intelligence surhumaine capable d’émettre un jugement impartial sur la création d’un écrivain. Je suis plutôt de l’autre côté, dans la tranchée des écrivains sans métier, du côté du bureau, de la machine à écrire ou de l’ordinateur, et de la page blanche. Du côté de ceux qui voient une histoire entre les ombres d’un souvenir, entre les pièces d’un cœur démonté, sans défense, brisé. L’écrivain qui, l’esprit libre, s’assoit et commence à appuyer sur des touches, pour voir quelle musique en sortira. Écoute attentive du mot qui sonne juste ou non. Et ainsi, se laisser porter par la lente mélodie de ce qui commence à prendre forme, aller toujours plus vite jusqu’à l’allegro. La joie c’est ce qui arrive quand enfin tout commence à prendre forme, quand quelque chose d’inespéré naît de rien. Faire que les lettres donnent vie à des personnages dotés des désirs, des soucis et des obsessions de celui qui écrit. Et de cette manière pouvoir vivre les vies que nous n’avons pas pu vivre et parvenir à être ceux que nous n’avons pas pu être. La création et la solitude comme compagnes. Le silence des jours qui nous emplissent des souvenirs de berceuses qu’on nous chantait. Les hiers qui ont marqué notre enfance, le passé qui recommence. 

Nostalgia de las olas – Poème de Karina González García

Illustration originale de Noémie Carré–Poussin, tous droits réservés
Futuro noble y sin rostro.
Ráfaga de viento sin palabras.
Refugio eterno de las olas que no terminan.
Mirada cansada hacia el mar.
Entre lo no nacido 
y lo no vivo: nosotros.
Entre el suelo y el cielo: yo.
Soy ese instante no vivido y esperado.
Momento incierto pero sabido.
Soy lo no explicado,
el deseo del porvenir sin forma.
¿Pero que acaso no lo esperamos todos?
¿Cuándo explotarán nuestras olas contra las rocas?
¿Cuándo parará nuestro incesante sentimiento
de desasosiego y de no pertenencia?
Somos extranjeros de la vida y del tiempo:
somos del norte y del sur,
de lo extraño e inhabitado.
Nacimos del mundo con cada elemento: 
llegamos con el sol en los ojos,
vivimos con las flores pegadas a la piel,
escuchamos los rugidos del mar cada noche 
cuando buscamos respuestas.
Vivimos en la luz de hoy y de ayer.
Pertenecemos a todo, menos al tiempo.

Création inédite de Karina González García

Nostalgie des vagues – Traduction vers le français de Noémie Carré–Poussin

Futur noble et sans visage.
Rafale de vent aphone.
Refuge éternel pour des vagues qui ne finissent pas.
Regard fatigué vers la mer.
Entre ce qui n’est ni né,
ni vécu : nous.
Entre la terre et le ciel : moi.
Je suis cet instant non vécu et attendu.
Moment incertain mais su.
Je suis l’inexpliqué,
le désir d’un avenir sans forme.
Mais au fond, ne l’attendons-nous pas tous ?
Quand nos vagues se fracasseront-elles contre les rochers ?
Quand s’arrêtera notre sentiment incessant d’angoisse et de non-appartenance ?
Nous sommes étrangers à l’existence et au temps :
nous sommes du nord et du sud,
de l’étrange et de l’inhabité.
Nous venons au monde par tous les éléments :
arrivant le soleil dans les yeux,
des fleurs collées à la peau,
écoutant chaque nuit les rugissements de la mer
lorsque nous cherchons des réponses.
Nous vivons dans la lumière d’hier et d’aujourd’hui.
Nous appartenons à tout, sauf au temps.

Yearning for the waves – Traduction vers l’anglais de Cathy Roudier

A future worth living but foreign,
The gusts of wind, powerful but unfathomable,
The unfailing waves, an eternal sanctuary. 
Gazing at the sea, ever so tired.
In between the not-born-yet and the already-dead: us.
In between the earth and the sky: me.
I am this moment in time not yet alive but eager to be.
It is blurry but I know it is there.
There are no words for it,
No shape but I yearn for it.
Is it just me or do you feel that way too?
When will our waves smash against the cliffs? 
When will this relentless uneasiness, this feeling we don't belong come to an end?
We are outside of life, outside of time,
We are from the South and the North.
We come from the strange and the inhabited,
With each element of nature, we are born to the world:
With the sun on our eyes,
And flowers on our skin.
Every night, as we listen to the roar of the sea,
And hope for answers.
The glow of the past and of the present washes over us,
We are a part of everything, 
With the exception of time.

Agata – Poème de Yara Pilartz

Collage original de Lou Gachet, tous droits réservés

Agata
N’a pas peur de moi,
Même quand je la prends dans mes bras,
avec mon plus faux sourire…
Elle s’y blottit,
Pas dupe,
Mais pas d’humeur à chercher autre chose.
Parce que ce qu’il lui faut,
C’est une clé, 
Pour ouvrir la porte du lendemain ;
Un Charon pour conduire la barque de sa nuit.
Car le jour à venir est...
Terrifiant !
À priori.
Agata ne fait pas facilement confiance ;
Elle veut savoir :
Quoi, comment, pourquoi ?
Or, de demain,
Personne ne sait lui dire
Ni quoi ni qu’est-ce…
Alors elle vit constamment dans l’instant,
Pour ne pas admettre que son futur
Est déjà rongé
Par le temps.

 Création inédite de Yara Pilartz

Agata – Traduction vers l’italien de Lucile Charton

Agata
Non ha paura di me,
Anche quando la stringo tra le mie braccia,
col mio sorriso più falso…
Ci si coccola,
Affatto ingannata,
Ma non dell’umore per cercare altro.
Perché quello di cui ha bisogno,
È una chiave,
Per aprire la porta dell’indomani;
Un Caronte per condurre la barca della sua notte.
Perché il giorno che viene è…
Terrificante!
A priori.
Agata non si fida facilmente;
Vuole sapere:
Cosa, come, perché?
Ma, di domani,
Nessuno le sa dire
Né cosa né quale…
Allora vive costantemente nell’istante,
Per non ammettere che il suo futuro
È già rosicchiato
Dal tempo.

Agata – Traduction vers l’espagnol d’Andrea Peñuela

Agata 
No tiene miedo de mí
Aun cuando la tomo en mis brazos, 
con mi sonrisa más falsa…
Ella se acurruca, 
No es ingenua,
Pero no está de humor para buscar otra cosa. 
Porque lo que ella necesita,
Es una llave, 
Para abrir la puerta del mañana; 
Un Caronte que conduzca la barca de su noche. 
Porque el día que llega es… 
¡Aterrador!
A primera vista. 
Agata no confía fácilmente, 
Ella quiere saber: 
El qué, el cómo y el porqué. 
No obstante, sobre mañana, 
Nadie sabe decirle 
Ni cómo ni qué…
Por eso, ella vive continuamente en el instante, 
Para no admitir que su futuro 
Ya fue carcomido 
Por el tiempo. 

Agatha – Traduction vers l’anglais de Damien Joron

Agatha
Isn’t afraid of me,
Even when I take her in my arms,
with my brightest, fakest smile…
There she snuggles up
Without illusion,
Yet in no mood for dwelling somewhere else.
Because what she longs for 
Is a key
To open the morrow’s door;
Some Charon driving her across the night.
For the day to come is…
Dreadful!
At first sight. 
Agatha tends not to give trust;
She wants to know:
What? How? Why?
But from tomorrow 
No one tells her
What to hope, fear or expect…
Thus she continuously lives in the moment,
So she doesn’t admit her future
Has been eroded
By time.

Lettre à l’Humanité – Poème de Louis Viallet

Illustration originale de Lorenzo Nironi – Tous droits réservés

Toi, dont chacun de nous n'est qu'un détail
Toi, pour qui nous sommes la pire médaille
Chacun de nous, chaque jour te détruit
À toi, que nous faisons souffrir sans aucun bruit

Si chaque soir le soleil est rouge
Le liquide pourpre qui coule en nous
S'y reflète depuis l'invention du vouge
Qu'il soit d'un innocent ou bien d'un fou

À toi, qui subit tant de souffrances
À toi, à qui tous les cris d'alarme
Ont toujours été réduits au silence
Par le moyen du sang et des larmes

Qui te tendra la main pour t'aider?
Qui parmi nous saura te relever?
Pour tous ceux qui défendent la Liberté
J'écris cette lettre à l'Humanité

Création originale de Louis Viallet

Lettera all’Umanità – Traduction vers l’italien d’Erika Neav

Tu, di cui ognuno di noi è soltanto un dettaglio
Tu, per chi la peggior medaglia siamo
Ognuno di noi, ogni giorno ti distrugge
A te, che facciamo soffrire senz’alcun rumore

Se il sole è rosso ogni sera
Il liquido porpora che dentro di noi scorre
Ci si riflette dall’invenzione dell’alabarda
Che sia di un innocente oppure di un folle

A te, che subisce tante sofferenze
A te, di chi tutte le grida di allarme
Sono sempre state messe al tacere
Attraverso sangue e lacrime

Chi tenderà la mano per aiutarti?
Chi tra di noi saprà rialzarti?
Per tutti quelli che difendono la Libertà
Io scrivo questa lettera all’Umanità

Carta a la humanidad – Traduction vers l’espagnol de Javier Herrero González

Tú, para quien solo somos detalles
Tú, para quien somos el peor premio
Cada día todos te destruimos
A ti, que todo sufres en silencio

Si cada noche el sol se vuelve rojo
El líquido púrpura en nuestro interior
Se refleja desde el primer conflicto
Ya sea de un inocente o de un loco

A ti, que aguantas tanto sufrimiento
A ti, que todos tus gritos de alarma
Han sido siempre reducidos al silencio
Por medio de la sangre y la tristeza

¿Quién dará su mano para ayudarte?
¿Quién de nosotros sabrá levantarte?
Por los que defienden la Libertad
Escribo esta carta a la Humanidad.

Letter to Humanity – Traduction vers l’anglais de Célia Merchadou

You, whom each of us is close to nothing
You, to whom we are a most shameful thing
Each day, our assaults run you to the ground
To you, the one we hurt without a sound

If every night the sun is painted red
The crimson liquid flowing in our head
Reflects in it since the dawn of violence
Seeping from foolishness or innocence

To you, the victim of so much torment
To you, whose every single warning
Has always been forced to stay silent
Rendered mute through bloodshed and weeping

Who will hold out their hand to support you?
Who’ll know, amongst us, how to revive you?
To every protector of Liberty
I write this letter to Humanity.

Correspondance à contretemps – Texte de Virginie Mattafiri

Collage original de Lou Gachet, tous droits réservés

Mon rayon de soleil,

Nous ne nous connaissons pas encore et tu as une place déjà si importante dans ma vie. Tu me redonnes espoir, l’envie de me battre. La vie est un cadeau. Ce cadeau a été donné à ma fille et tu es là dans son ventre à grandir.

Je t’écris pour donner un sens, à ce qui se passe, à ce que je vis. Laisser une trace, occuper mes pensées et me focaliser sur ce bonheur que sera ton arrivée.

Je vais essayer de te proposer un tableau réaliste de la vie avec ses beaux côtés comme les pires. Tu arrives dans un monde bousculé, dans une famille bouleversée. Une entité microscopique est venue chambouler le cours de nos existences. Je suis diminuée, amputée de ma moitié, à bout de souffle. Un virus inconnu s’en est pris aux plus faibles. Nous ne pensions pas en faire partie et pourtant… Ton grand-père n’a pas pu lutter et moi je m’accroche. Paradoxalement tes parents t’ont créée au milieu de ce chaos. Et tu seras la plus belle chose qui puisse en ressortir.


Mon ange,

Tu vas grandir et je n’arrive plus à imaginer ma présence auprès de toi. Tes premiers mots, tes premiers pas, la découverte de la mer, de la neige. L’exploration du monde qui t’entoure et de toutes ses beautés. Je te devine curieuse, aventureuse, rêveuse aussi. Sache que dans la vie rien n’est impossible. Les orages de la vie ne sont que des étapes vers l’éclaircie. Utilise les obstacles pour t’élever encore et toujours.

À me relire, cela ne me ressemble pas de prêcher des concepts si abstraits, tel un grand sage. Et pourtant que pourrais-je te transmettre d’autre, sur ce lit, agonisante, où mes respirations sont de plus en plus courtes.


Ma merveille,

Je sens que je ne pourrai guère t’en dire plus, mon temps semble compté. Je ne lutte plus, je veux juste rejoindre mon amour et te laisser la place. La place pour créer un monde moins invraisemblable, plus vrai. Je ne m’attends pas à ce que tu te sentes investie d’une quelconque mission. C’est juste du bon sens. Trouve ta voie. Construis ton nid, ton chemin semé de petits bonheurs quotidiens. Finalement, ce sont ces petits riens qui apportent le plus.

Je ne te connais pas et pourtant je t’aime. Cet amour m’apaise.
Bienvenue dans la vie ma chérie.

Ta tendre grand-mère


Chère grand-mère adorée,

Je ne t’ai jamais vue et pourtant je te connais.

Tu as toujours vécu avec moi, avec nous. Tu m’as accompagnée dans mes apprentissages, à chaque étape. Maman t’a toujours fait vivre. Tu nous entoures grâce aux photos, aux objets, aux anecdotes, aux souvenirs. Je n’ai eu tes lettres que récemment. Maman attendait que je sois prête. Elle a bien fait. Passées la surprise, la colère, le sentiment d’injustice, je suis allégée. Je te réponds, ne sachant pas si ces mots te parviendront.

Nous avons appris à vivre avec cette maladie. Certains y succombent encore mais moins que pour d’autres causes. Ce drame est omniprésent pour les anciens, mais pour moi qui suis née avec, ce n’est ni plus ni moins qu’un risque parmi d’autres.

Sans avoir eu connaissance de tes conseils, je les applique déjà. Je suis d’un naturel joyeux et optimiste. J’observe, j’écoute, je m’imprègne de ce qui m’entoure. Je trace mon chemin, tournée vers les autres tout en accordant une importance à mon propre bien-être.

Je vis un peu avec toi. Je viens d’emménager dans mon premier appartement. Ma vaisselle t’appartenait, certains meubles également. J’aime te sentir auprès de moi, dans cette atmosphère dégagée par tes anciennes possessions.

Ne t’inquiète pas mamie, le cadeau qu’est la vie m’a gâtée. Je compte bien en tirer parti. Tu peux désormais être rassurée.

Avec tout mon amour,

Ta petite fille chérie

Création inédite de Virginie Mattafiri

Corrispondenza a contrattempo – Traduction vers l’italien de Erika Neav, Martina Zizzari et Lucile Charton

Mio raggio di sole,

Non ci conosciamo ancora e sei già parte integrante della mia vita. Mi dai speranza, la volontà di combattere. La vita è un dono. Questo dono è stato regalato a mia figlia e sei lì nel suo grembo a crescere.

Ti scrivo per dare un senso, a quello che sta succedendo, a quello che sto vivendo. Lasciare una traccia, occupare i miei pensieri e concentrarmi su quella felicità che sarà la tua nascita.

Cercherò di farti una rappresentazione realistica della vita nei suoi belli ma anche peggiori aspetti. Arrivi in un mondo sconvolto, in una famiglia scombussolata. Un’entità microscopica è venuta mettere sottosopra il corso delle nostre esistenze. Sono indebolita, amputata della mia metà, senza fiato. Un virus sconosciuto se l’è presa coi più deboli. Non pensavamo di esserne parte eppure… Tuo nonno non ha potuto lottare e io resisto. Paradossalmente i tuoi genitori ti hanno creata in mezzo a questo caos. E tu sarai la cosa più bella che possa risultarne.


Angelo mio,

Crescerai e non riesco più ad immaginarmi accanto a te. Le tue prime parole, i tuoi primi passi, la scoperta del mare, della neve. L’esplorazione del mondo che ti circonda e di tutte le sue bellezze. Ti immagino curiosa, avventurosa e sognatrice. Sappi che nella vita nulla è impossibile. Le tempeste della vita sono solo passi verso la luce. Sfrutta gli ostacoli per crescere ancora e ancora.

Rileggendomi, non è da me predicare concetti così astratti, come farebbe un grande saggio. Eppure cos’altro potrei trasmetterti, da questo letto, morente e con sempre meno respiro.


Meraviglia mia,

Sento di non riuscire a dirti altro, il mio tempo sembra scadere. Non lotto più, voglio soltanto unirmi all’amore mio e lasciarti spazio. Spazio per creare un mondo meno inverosimile, più reale. Non mi aspetto che tu senta di avere una missione. È solo buon senso. Trova la tua strada. Costruisci il tuo nido, il tuo percorso di piccole gioie quotidiane. Alla fine, sono quelle piccole cose che ti porteranno in alto.

Non ti conosco eppure ti amo. Questo amore mi tranquillizza.
Benvenuta al mondo, piccola mia.

La tua amata nonna


Carissima e adorata nonna,

Non ti ho mai vista eppure ti conosco.

Hai sempre vissuto con me, con noi. Mi hai accompagnata nei miei apprendimenti, ad ogni tappa. Mamma ha sempre tenuto vivo il tuo ricordo. Ci circondi grazie alle foto, agli oggetti, alle storielle, ai ricordi. Ho saputo delle tue lettere solo poco tempo fa. Mamma aspettava che io fossi pronta. Ha fatto bene. Una volta passate la sorpresa, la rabbia, l’ingiustizia, mi sento alleggerita. Ti rispondo, anche se non so se queste mie parole ti perverranno.

Abbiamo imparato a vivere con questa malattia. Alcuni ne muoiono ancora però meno che per altre cause. Questo dramma è onnipresente per gli anziani, ma per me che sono nata con esso, è soltanto un altro dei tanti rischi.

Senza essere stata a conoscenza dei tuoi consigli, li metto già in pratica. Sono di natura gioiosa e ottimista. Osservo, ascolto, mi nutrisco di quello che mi circonda. Seguo la mia strada, orientata verso gli altri ma anche attenta al mio benessere.

Vivo un po’ con te. Mi sono trasferita nel mio primo appartamento. Le mie stoviglie erano tue, anche alcuni mobili. Mi piace sentirti vicino a me, in questa atmosfera creata da ciò che era tuo.

Non ti preoccupare nonna, il gran dono che è la vita mi ha già dato tanto. E intendo approfittarne. Puoi stare tranquilla ormai.

Con tutto il mio amore,

La tua cara nipotina

Correspondencia a contratiempo – Traduction vers l’espagnol de Laura Ballanger

Mi solecito,

Todavía no nos conocemos y ya tienes un lugar tan importante en mi vida. De nuevo me das esperanza, ganas de luchar. La vida es un regalo. Este regalo ha sido dado a mi hija y ahí estás tú creciendo en su vientre.

Te escribo para dar sentido, a lo que está pasando, a lo que estoy viviendo. Dejar una huella, ocupar mis pensamientos y centrarme en esa felicidad que va a ser tu llegada.

Voy a intentar proponerte una imagen realista de la vida tanto con los lados buenos como con los peores. Llegas a un mundo agitado, a una familia conmocionada. Una entidad microscópica ha venido a alterar el curso de nuestras existencias. Estoy debilitada, amputada de mi otra mitad, sin aliento. Un virus desconocido ha arremetido contra los más frágiles. No pensábamos formar parte de ellos, ¡nada de eso!… Tu abuelo no pudo luchar y yo aguanto. Paradójicamente, tus padres te crearon en medio de este caos. Y serás la cosa más hermosa que pueda revelar eso.


Mi angel,

Vas a crecer y ya no puedo imaginar mi presencia a tu lado. Tus primeras palabras, tus primeros pasos, el descubrimiento del mar, de la nieve. La exploración del mundo que te rodea y de todas sus bellezas. Te imagino curiosa, arriesgada, también soñadora. Sabe que en la vida nada es imposible. Las tormentas de la vida solo son etapas hacia el claro. Utiliza los obstáculos para elevarte una vez y siempre.

Al releer, no es propio de mí predicar conceptos tan abstractos, como un gran sabio. Sin embargo, ¿qué más podría transmitirte, agonizante en esta cama, donde mis respiraciones se hacen más y más cortas?


Mi maravilla,

Siento que no podré decirte mucho más, parece que tengo el tiempo contado. Ya no lucho, solo quiero reunirme con mi amor y dejarte el lugar. Lugar para crear un mundo menos inverosímil, más auténtico. No espero que te comprometas con una misión, cualquiera que sea. Solo es sentido común. Encuentra tu vía. Construye tu nido, tu camino sembrado de pequeñas alegrías cotidianas. Al final, son esas pequeñas minucias las que aportan más.

No te conozco pero te amo. Este amor me tranquiliza.
Bienvenida en la vida, cariño. 

Tu tierna abuela


Querida y amada abuela,

Nunca te vi pero te conozco.

Siempre has vivido conmigo, con nosotros. Me acompañaste en mis aprendizajes, en cada etapa. Mamá siempre te ha mantenido viva. Nos rodeas gracias a las fotos, a los objetos, a las anécdotas, a los recuerdos. Recibí tus cartas hace poco. Mamá esperaba que estuviera lista. Hizo bien. Pasados la sorpresa, la cólera, el sentimiento de injusticia, estoy aliviada. Te respondo, sin saber si estas palabras te llegarán.

Aprendimos a vivir con esa enfermedad. Algunos siguen sucumbiendo, pero menos que ante otras causas. Este drama es omnipresente para los ancianos, pero para mí, que nací con él, es ni más ni menos que un riesgo entre otros.

Sin haber conocido tus consejos, ya los aplico. Soy alegre y optimista por naturaleza. Observo, escucho, me impregno de lo que me rodea. Me abro camino, dirigida hacia los otros mientras doy importancia a mi propio bienestar.

Vivo un poco contigo. Acabo de mudarme a mi primer piso. Mi vajilla te pertenecía, así como algunos muebles. Me gusta sentirte a mi lado, en esta atmósfera generada por tus antiguas posesiones.

No te preocupes, abuela, el regalo que es la vida me ha mimado. Tengo bien planeado sacar partido de ello. Ahora puedes estar tranquila.

Con todo mi amor,

Tu querida nieta

Belated Letters – Traduction vers l’anglais de Selma Becevic

My ray of sunshine,

We don’t know each other yet and you already hold such an important place in my life. You bring me back hope and the will to keep fighting. Life is a gift. That gift was given to my daughter and there you are, growing inside her womb.

I am writing to you to try and give meaning to what is happening, of what I am going through. To leave my own mark, occupy my mind and focus on the joy that you will bring when you arrive.

I am going to try and paint a realistic picture of life with the bright sides and the worst ones. You’re coming into a disrupted world, into a devastated family. A microscopic organism has turned our lives upside down. I am diminished, teared away from my other half, exhausted. An unknown virus has attacked the weakest people. We wouldn’t think we would be part of them, and yet… Your grandfather couldn’t fight against it, and as for me, I am hanging in there. Paradoxically, your parents created you amidst of this chaos. And you will be the most beautiful thing that will come out of it.


My angel,

You are going to grow up and I can’t bring myself to imagine being by your side. Your first words, your first steps, the first time you saw the sea, and the snow. The discovery of the world around you and all of its beauties. I picture you curious, adventurous, and dreamy as well. Just know that nothing is impossible in life. The storms of life are nothing but steps towards brighter days. Use obstacles to always become a better version of yourself.

Upon reading over this letter, I think it is not like me to preach such abstract concepts, like a wise man. And yet, what else could I pass down to you, agonising on this bed, where my breath is getting shorter and shorter.


My wonder,
I feel like I won’t be able to tell you more, as I’m running out of time. I am no longer fighting; I just want to join my love and make way for you. Take the helm to create a world a little less inconceivable, more real. I don’t expect you to feel like you have a certain mission to accomplish. This is just common sense. Find your way. Build your nest, make your own way filled with daily little pieces of happiness. In the end, it’s the little things that make the difference.

I don’t know you, yet I love you. This love soothes me.
Welcome to life sweetheart.

Your loving grandmother


Dearly beloved grandmother,

I have never seen you, yet I know you.

You have always been living with me, with us. You were there through my lessons of life, in every step of the way. Mom has always kept your memory alive. You are everywhere, through the pictures, the objects, the anecdotes, the memories. I have only just gotten your letters. Mom was waiting for me to be ready. She did the right thing. After the surprise, the anger, the unfairness, I am now relieved. I write back to you, not knowing if my words will get to you.

We have learned to live with this disease. Some are still succumbing to it, but less than for other causes. This disaster is omnipresent among the elders, but as I was born when it happened, it is just another risk among others.

Without even knowing your pieces of advice, I am already following them. I am naturally cheerful and optimistic. I observe, I listen, I immerse myself in my surroundings. I am making my own way; I am opened to others while still putting myself first.

In a way, I live with you. I just got in my first apartment. The dishes were yours, just like some of my furniture. I like to feel your presence near me, in the atmosphere coming from your past possessions.

Don’t worry grandma, I have been spoiled by the gift that is life. I really intend to enjoy it. Rest assured now.

With all my love

Your loving granddaughter

Souffle – Poème de Mathilde Rata

Collage original de Lou Gachet, tous droits réservés

Respire. 
Trop vite… Tu vas trop vite. Tu fonces, sans t’arrêter, sans réfléchir. 

Attends.
Rien ne te presse. Tu n’es pas en retard. Seul le rythme que tu donnes à tes pas te guide. 

Réfléchis. 
Qu’est ce qui est important ? 
Qui veux-tu devenir ? 
Quelle route traces-tu  ? 

Écoute.
Les obstacles surgissent sur ton chemin. Virages abrupts. Et où trouver des indications ? Un long chemin tortueux qu’est le tien.

Observe. 
La route des autres, la direction de leur pas ne viennent pas entraver ta marche. Le leur n’est pas ton périple. 

Dis. 
Ta voix jaillit pour éclairer le monde. Ta parole compte. Tu peux briller librement.

Création inédite de Mathilde Rata

Soffiare – Traduction vers l’italien de Martina Zizzari

Respira. 
Troppo veloce… Vai troppo veloce. Ti precipiti, senza fermarti, senza riflettere. 

Aspetta.
Non c’è fretta. Non sei in ritardo. È soltanto il ritmo che decidi di dare ai tuoi passi a guidarti. 

Rifletti. 
Cos’è importante? 
Chi vuoi diventare? 
Che percorso segui? 

Ascolta.
Incontrerai degli ostacoli sul tuo cammino. Curve brusche. E dove trovare delle indicazioni? Un lungo cammino tortuoso è il tuo. 

Osserva. 
Il percorso degli altri, la direzione dei loro passi non ostacoleranno il tuo cammino. Il loro viaggio non è anche tuo. 

Parla. 
La tua voce erompe per illuminare il mondo. La tua parola conta. Puoi brillare liberamente. 

Aliento – Traduction vers l’espagnol de Laura Ballanger

Respira. 
Demasiado rápido… Que vas demasiado rápido. Te precipitas, sin parar, sin pensar.

Espera. 
Nada te apresura. No llegas tarde. Sólo te guía el ritmo que le das a tus pasos.

Piensa. 
¿Qué es lo importante? 
¿Quién quieres ser? 
¿Qué ruta trazas?

Escucha. 
Los obstáculos surgen en tu camino. Giros abruptos. Y ¿dónde encontrar indicaciones? Un largo y tortuoso camino que es el tuyo. 

Observa. 
La ruta de los otros, la dirección de sus pasos no va dificultando tu marcha. Su periplo no es tuyo.

Di. 
Tu voz se eleva para iluminar el mundo. Tu palabra cuenta. Puedes brillar libremente.

Inspire – Traduction vers l’anglais de Hellali Pénanguer

Breathe.
Too fast… You’re going too fast.
You rush in, non-stop, non-thought.

Wait.
There’s no rush. You aren’t late. Your only guide is the pace you give your own steps.

Think.
What matters?
Who do you want to become?
Which path are you tracing?

Listen.
Obstacles get in your way. Sharp turns. And where to look for directions? A path as long and tortuous as yours.

Watch.
The others’ paths, the one they walk, doesn’t hinder yours. Theirs isn’t your journey.

Speak.
Your voice soars to enlighten the world. Your words matter. You can shine freely.

Le galop du temps – Poème de Lou Gachet

Collage original de Lou Gachet, tous droits réservés
On empoigne à deux mains la crinière
Du sauvage cheval du temps
Il n'a ni projets ni frontières
Une vie pour lui n'est qu'instant

Sur ce destrier orgueilleux
On pourrait se croire éternels
L'horizon défiant nos yeux
En dépassant au loin le ciel

Traverser d'immenses prairies
Sans voir les parterres de fleurs
Grimper au plus haut des montagnes
Sans même respirer l'air frais

Franchir des eaux bleu profond
En éclaboussant le soleil
Sans saluer dans les hauts fonds
Le peuple des algues vermeil

Ne pas s'attarder aux déserts
Dont les dunes rongent le sable
Ni aux banquises de blanc verre
Qui se brise en poudre de fable

On néglige les âmes mortes
Oubliant qu'elles furent nous
On préfère les armes fortes
Aux trop faibles et aux trop doux

On couvre de papier monnaie
Les temples et les cathédrales
Les moulins et les champs dorés
Les canopées et les pétales

On juge un homme à sa fortune
Faite de métal et de soufre
On s'approprie étoiles et lune
Alors qu'on tombe dans un gouffre
J'empoigne à deux mains la crinière
Du sauvage cheval du temps
Pour ralentir son pas pour faire
Un peu plus de place au présent

Car Demain s'écrit Aujourd'hui
Il suffit de lire les signes
Que l'eau dessine dans les puits
Et regarder passer les cygnes

Rêver pour créer l'aventure
En dehors des chemins tracés
Réconcilier Homme et Nature
Réparer tous les liens brisés

Sortir de son aveuglement
En se croyant seul sur la Terre
N'être ébloui que par le vent
Qui chante tout le monde en vers

Serrer dans ses bras ceux du cœur
Comme des âmes qui s'étreignent
Savoir aussi tendre sans peur
La main à ceux-là qui nous gênent

Vibrer pour un son, une danse
Un tableau, du bois ciselé
Des pensées, de belles romances
Des tirades, des désirs filmés

Quand s'ouvrent le cœur et le front
On se prend à respirer mieux
On ressent d'autres émotions
D'autres envies et d'autres cieux

On peut sans honte regarder
Malgré des erreurs dans ses choix
Des faux pas et des âcretés
L'Homme dans son humanité

Création inédite de Lou Gachet

Il galoppo del tempo – Traduction vers l’italien de Lucile Charton

Impugniamo con entrambe le mani la criniera	
Del selvaggio cavallo del tempo	
Non ha né progetti né frontiere	
Una vita per lui è un istante soltanto

Su questo destriero orgoglioso	
Potremmo crederci eterni	
L’orizzonte sfidando i nostri occhi	
Sorpassando lontano il cielo	

Attraversare immensi prati	
Senza vedere le aiuole di fiori	
Arrampicarsi in cima alle montagne
Senza nemmeno respirare l’aria fresca	

Superare delle acque blu intenso	
E schizzare il sole	
Senza salutare nel fondale alto	
Il popolo delle alghe vermiglie	

Non soffermarsi al deserto	
Cui le dune rosicchiano la sabbia	
Né alle banchise di bianco vetro	
Che si infrangono in polvere di favola
	
Trascuriamo le anime morte	
Dimenticando che fummo noi stessi	
Preferiamo le anime forti	
A quelle troppo deboli e troppo gentili	

Copriamo di cartamoneta	
I templi e le cattedrali	
I mulini e i campi dorati	
Le chiome e i petali	

Giudichiamo un uomo dalla sua fortuna	
Fatta di metallo e zolfo	
Ci impadroniamo di stelle e luna	
Mentre cadiamo in un baratro	
Impugno con entrambe le mani la criniera
Del selvaggio cavallo del tempo
Per rallentare il suo passo per fare
Al presente un po’ più spazio 

Perché Domani si scrive Oggi
Basta leggere i segni
Che l’acqua disegna nei pozzi
E guardare passare i cigni

Sognare per creare l’avventura
Fuori dal cammino tracciato
Riconciliare Uomo e Natura
Aggiustare il legame spezzato 

Uscire dall’accecamento
Credendosi da solo sulla Terra
Essere abbagliato soltanto dal vento
Che canta in versi tutto il mondo

Stringere tra le braccia quelli del cuore
Come anime che si abbracciano
Sapere anche tendere senza paura
La mano a quelli che ci danno fastidio

Vibrare per un suono, una danza
Un quadro, del legno cesellato
Dei pensieri, delle belle romanze
Delle tirate, dei desideri filmati

Quando si aprono il cuore e la fronte
Ci accorgiamo di respirare meglio
Sentiamo altre emozioni
Altre voglie e altri cieli

Possiamo senza vergogna guardare
Nonostante gli errori nelle proprie scelte
Le mosse sbagliate e le astringenze
L’Uomo nella sua umanità

El galope del tiempo – Traduction vers l’espagnol de Héloïse Laporte

Agarramos con ambas manos las crines
Del salvaje caballo del tiempo
No tiene ni proyecto ni limites 
Para él una vida es solo un momento

Encima de aquella orgullosa montura
Podríamos pensarnos eternos 
El horizonte desafiando la mirada
Pasando el cielo a lo lejos

Cruzar inmensas praderas 
Sin ver las alfombras de flores
Subir a la cima de las montañas 
Sin siquiera respirar el aire fresco 

Atravesar aguas color azul profundo
Salpicando a las estrellas
Sin saludar en el bajo fondo
El pueblo de las algas bermejas 

No quedarse en los desiertos
Cuyas dunas roen la arena 
Ni en las banquisas de cristal blanco
Que se quiebran en polvo de fábula 

Descuidamos a las almas muertas
Olvidando que fueron nosotras 
Preferimos las almas fuertes
A los demasiado débiles y dulces

Cubrimos con papel moneda 
Las catedrales y los templos
El molino y la pradera dorada 
Las canopeas y los pétalos 

Juzgamos un hombre con su riqueza
Hecha con azufre y hierro 
Se apropia estrellas y luna
Mientras caemos en un abismo
Agarro con ambas manos las crines
Del salvaje caballo del tiempo
Para disminuir su paso y dar un poco
Más espacio a los tiempos presentes 

Porque Hoy se escribe Mañana
Basta leer las señales
Que el pozo dibuja en el agua
Y ver pasar a los cisnes 

Soñar para crear aventura
Afuera de los caminos trazados
Reconciliar Ser Humano y Naturaleza
Reparar todos los enlaces rotos 

Salir de su ceguera
Pensándose solo en la Tierra 
Ser deslumbrado sólo por el viento 
Que canta el mundo entero en verso 

Abrazar a los del corazón 
Como almas que se estrechan
Saber también entregar sin miedo la mano 
A esos que se interponen en nuestro camino 

Vibrar por un sonido, una danza 
Un cuadro, madera cincelada 
Pensamientos, romances bellos
Tiradas, deseos filmados 

Cuando se abren los corazones y las frentes
Empezamos a respirar mejor
Experimentamos otras emociones
Otros deseos y otros cielos de otro color

Podemos mirar sin vergüenza 
A pesar de los errores en sus elecciones 
De los malos pasos y también las acritudes
El Ser humano en su humanidad 

The gallop of time – Traduction vers l’anglais de Gaëlle Carpentier

One steadily grasps with both hands
The mane of the wild horse of time
It knows not of plans nor lands
Its life is but a point in time

Mounted on this majestic steed 
One might think oneself eternal 
Our eyes, the skyline resisted
Beyond the sky, it had hurdled

Walking across boundless grasslands 
But not seeing the flowers there
Ascending on top of highlands 
But not breathing in the fresh air

Crossing waters of deepest blue 
Splashing the sun on the briny 
But not granting any value 
To the people of the coral sea

Not lingering in the deserts 
Where dunes slowly gnaw at the sand
Nor where the white ice floe exerts
Where the vast white powders expand

One neglects the past souls 
Forgetting they were part us 
One favors the stronger war tools
To the frail and the ludicrous

In paper money, one covers
The temples and the cathedrals 
The mills and the golden pastures 
The canopies and the petals

One judges man by his fortune 
Made of metal and of sulfur
One seizes the stars and the moon
While one cannot avoid failure

I steadily grasp with both hands
The mane of the wild horse of time
To slow down its pace in the lands
To give the present its own time

Because today writes tomorrow
Everything resides in the signs
That water paints on a rainbow
And in the height of the pines

Dreaming to create adventure 
Outside the already set tracks 
Reconciling Man and Nature 
Recovering the lost contacts

Breaking out of one’s ignorance
Thinking oneself alone on Earth 
Amazed by the wind’s elegance
That sings the whole wide world in verse

Hugging tight those close to the heart 
Like souls embracing each other 
Willing to offer without hurt
A true hand to the botherer 

Quivering for a sound, a dance 
A painting and engraved timbers
Some thoughts, a beautiful romance 
Monologues and filmed desires 

When the heart and the head open 
New deep breathes materialize,
One feels another emotion, 
Other desires, other skies

One can look without any shame 
Despite flaws and hostility, 
And all the mistakes in one’s claims, 
Mankind in its humanity

Assises de la Traduction Littéraire 2021 : direction Arles pour les Métisseurs de Mots !

Après l’annulation de l’édition 2020 suite aux conditions sanitaires, les Assises de la Traduction Littéraire étaient de retour, et en présentiel ! Placées sous le signe de l’écologie, ces 38es Assises ont constitué 2 jours et demi de rencontres et de partage entre traducteurs et traductrices, fraîchement débarqué·es, comme déjà bien installé·es dans le métier : impossible bien entendu pour nos Métisseurs de Mots de ne pas être de la partie. L’occasion rêvée également pour ces derniers de faire plus ample connaissance avec les nouvelles recrues de l’association, autour de cette vocation commune qu’est la traduction littéraire.

Du 5 au 7 novembre, notre troupe a en effet pris la direction de la provençale Arles qui, malgré un mistral impitoyable, a su nous charmer. Le labyrinthe des rues pavées arlésiennes dévoile maisons fleuries, places ombragées, fontaines en pierre et monuments romains inscrits au patrimoine de l’UNESCO : rien de moins étonnant que le choix de cette ville ensoleillée comme décor pour un évènement telles que les Assises de la traduction littéraire.

Les Bouches de l’Amour

Trêve de flânerie cependant, nous avions rendez-vous pris avec les premières conférences, disséminées aux quatre coins de la vieille ville, dans des lieux chargés d’histoire. Chacun·e d’entre nous avait pu au préalable réserver son programme : découverte du fleuve sémiologique qu’ont traversé les mots de l’antiquité à nos jours avec la conférence de Clarisse Herreschmidt, suivie du récit « Dersou Ouzala » de la traversée des terres de Sibérie par Vladimir Arséniev, ou bien de la pièce de théâtre originale « Les Bouches de l’Amour », performance alliant lecture en VO et traduction dans une représentation imagées de récits en trois langues (anglais, allemand, espagnol).

Dès le lendemain, nous avons pu entrer dans le vif du métier avec une rencontre professionnelle pour les jeunes traducteurs. ATLAS, qui organisait ces Assises, ainsi que l’Association des Traducteurs Littéraires de France (ATLF) nous ont reçu pour deux heures de discussion autour du métier de traducteur littéraire. Nous avons pu entrevoir des possibilités d’opportunités de travail et de soutien financier pour démarrer dans ce métier où la difficulté de mettre le pied à l’étrier sans les bons contacts est clairement affichée. Suite à cela, nous avons pu mettre en pratique nos talents de traducteurs au sein de différents ateliers, chacun·es réparti·es dans nos langues de spécialité respectives.

L’après-midi nous a offert plusieurs rencontres : exposé avec l’écopoétesse américaine Eleni Sikelianos pour certain·es, ou bien entretien avec l’auteure et traductrice spécialiste du deuil, Cécile Wajsbrot, suivi d’une réflexion animée sur ces concurrents hargneux mais encore peu créatifs qui ne sauront remplacer nos esprits éclairés : les traducteurs automatiques. Puis, une lecture musicale pleine d’émotion de l’œuvre « Désert solitaire » d’Edward Abbey performée par Dominique Leandri et Philippe Codecco faisait face à une conférence réflective animée par Nicolas Tournadre sur la disparition des langues et les conséquences écolinguistiques de cela.

Fin de journée légère enfin avec un cabaret littéraire, de chansons en toutes langues toujours sur le thème de l’écologie, agrémenté d’un concours de traduction ludique, et de prestations improvisées où même Agnès Desarthe et Jörn Cambrelerg, membres d’ATLAS, se sont attelé·es à la tâche !

Notre ultime journée lors de ces Assises a été ponctuée d’ateliers de traduction et de conférences, notamment avec la découverte, grâce à une table ronde de traducteurs et traductrices professionnel·les, de la parfois nécessaire tâche de traducteur-apporteur (démarchage auprès d’une Maison d’édition en proposant un ouvrage à traduire, sans attendre que ce soit la Maison d’édition qui propose un éventuel contrat de traduction sur un ouvrage de son choix) ; ainsi que d’une réflexion sur la vie des langues mortes dans notre société contemporaine, en compagnie des spécialistes du grec ancien, Emmanuel Lascoux et Pierre Judet de la Combe.

De gauche à droite, haut : Anne-Elisabeth, Hellali, Léna, Yann, Cathy (photo 1), Lucile (photo 2), Noémie, Javier, Yara, Mathilde.
De gauche à droite, bas : Erika, Gaëlle, Selma, Célia, Elisa, Martina.

Voilà cependant qu’il était déjà l’heure pour nos Métisseurs de Mots de reprendre la route pour leur QG : Lyon ! À bientôt, Arles, au plaisir de revenir dans le Sud pour les futures éditions des Assises de la traduction littéraire !

Célia Merchadou et Lucile Charton

NB : L’ensemble des membres de l’association des Métisseurs de Mots remercie le Fond de Solidarité ainsi que l’UFR des Langues de l’Université Lyon 2 pour leur soutien et leur accompagnement financier, sans lequel nous n’aurions pu participer à cette nouvelle édition des Assises de la Traduction Littéraire.